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' Ñ $ H pl A a dá" E e O IB Pn AS E A A y ES z — Xi El sacrificio de la cruz y el de los votos. Christo confizus sum crucí. Clavado estoy con Cristo en la cruz. GAL. 2, 19, ve Arisima en Jesucristo: En mi anterior te hablé de la virtud de la religión y del nombre del religioso; pero no te dije que la esencia de la religión es el sacrificio, y lo es de tal modo, que don- de no hay sacrificio no hay religión verdadera, y donde no hay religión verdadera falta por necesidad el sacrificio. Este es el centro donde van á parar todos los dogmas revelados, á la manera que los radios de un círculo van todos á parar á su centro geométrico. Este es el mar insondable á donde van á parar todos los ríos de gracias qua se desprondon do las divinas alturas, y de él se elevan otra vez hacia Dios convertidas en suspiros de gratitud y ecos de ala- banza; del mismo modo que las aguas recogidas en los mares se elevan al cielo convertidas en vapor, para volver de allí á fecundizas la tierra. El sacrifi- cio lo definen los teólogos diciendo que es una obla- ción externa, legalmente constituida, hecha á Dios por su verdadero ministro, mediante la destrucción de aquello que se le ofrece en reconocimiento del