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713 la divina esencia el foco del amor inextinguible; se sienten atraídos de un modoextraordinario hacia ese abismo de bondad: y para no separarse nunca de ese bien inefable, doblan y redoblan los lazos, no se con- tentan con esos vínculos generales que unen con Dios á todos los Cristianos; quieren estar más estrecha- mente unidos á su Dios; y lo abandonan todo, y se ligan y religan con un lazo y otro lazo, con un voto y otra voto, viniendoá ser llamados por esta razón con el nombre de religiosos, ombre que designa á la persona que lo lleva, como ejemplar y modelo de la virtud de la Religión. s La religión, pues, como denota la palabra por sí misma, es ó debe ser la virtud propia, la gran virtud del religioso; y de aquí la necesidad que él tiene de conocer á fondo esa virtud con cuanto á ella se refie- re. Según Santo Tomás, la religión es la virtud que rinde á Dios el culto que se le debe, como á primer principio de todas las cosas; culto que cae bajo la razón de deuda y de justicia, porque esta virtud manda dar á cada uno lo suyo. Mirada la religión desde este punto de vista, es la primera de las yirtu- des morales, con la cual se paga á Dios la inmensa deuda de gratitud que tenemos contraída con El, por ser nuestro Creador, nuestro Conservador, nues- tro Redentor, nuestro Salvador, nuestro Justificador, y nuestro Glorificador. Pero, ¡ay! ¡cuán mal pagan los cristianos esta deuda! ¡qué poco y qué mal se practica hoy en el mundo esta virtud de la religión! Hombres hay tan desagradecidos que olvidan y desconocen los beneficios de Dios, 6 conociéndolos, ofenden á su Hacedor, con la más fea y más horrible de las ingratitudes; hombres que, ofuscados por las pasiones parece que han descendido de la esfera de los seres Ra y racionales, puesto que niegan al Oreadorel culto y homenaje que les son debidos, conculcando así los sacratísimos deberes de la justi- cia y los más claros principios de la razón.

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