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del Evangelio: Por qué la maldijo Cristo. Esa higue- ra es imagen del alma religiosa. Locura de los que se jactan de religiosos antiguos, si sus virtudes no »ubliean susantidad. Lo que Dios quiere de nosotros: erancia en el bien obrar. El árbol bien re- a persev ltivado debe dar más frutos. Aplicación al gado y cu religioso, . CARTA VI QUEJAS DE JESÚS Á LA RELIGIOSA INGRATA. Si el árbol que no da frutos es malo, ¿que será el que en vez de frutos da espinas para punzar á su amo? El Profeta Jeremías. Cómo se queja Dios por él de la ingratitud de los israelitas: cómo se queja hoy Cris- to de la ingratitud de sus esposas: Desgracia de las que se contaminan con los aires del mundo, ó adquie- ren amistades peligrosas. A ellas se dirige esta carta, porque el remedio que previene la enfermedad es mejor que la medicina que después la cura: Un sueño misterioso: el Pastor, el cordero y el lobo: Jesús, la paloma y la serpiente; reprensiones de Cristo á Je- rusalén 'el domingo de Ramos; por el mismo estilo zahiere al alma religiosa figurada por Jerusalén. Quejas amorosas tomadas del salmo cincuenta y cua- tro. Consideraciones: fruto que debemos sacar de ellas.. . ; Eo ER CARTA VI CAMINO POR DONDBE SE LLEGA Á LA INGRATITUD coN Dios. Cuán impropio es de un religioso el poco me importa 6 eso no es nada! Las cosas pequeñas: Sentencia del Espíritu santo sobre ellas. El religioso debe hacer mucho caso de las pequeñeces que se oponen á su santificación: Un pequeño agujero pierde á la nave: Un átomo de polvo lastima la vista y puede cegarla: funesto resultado de las pequeñas imperfecciones: detienen el curso de las gracias divinas. El maestro y el novicio: parábola del jardín. Su dueño: Explica- ción y aplicación de la parábola: Lo que pierde el religioso que ofende 4 Dios: Palabras de Jeremías: Maravillosa sentencia de S. Juan Crisóstomo. 39

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