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pues la propia voluntad es numen que se idolatra En la pobreza serás rigorosa y extremada, tan pobre como fué Cristo, que jamás tuvo ni aun cama. Desprecia ya las riquezas, los tesoros de oro y plata; pues en Dios lo tienes todo, y sin Dios es todo nada. La necesidad será tu comida regalada, la escasez tu ajuar completo, la indigencia tu abundancia. Mira, Esposa de Jesús que tu Esposo esto observaba, y que una Esposa op ilenta con pobre Esposo no cuadra. En la pureza has de ser limpísima y delicada, porque así como al cristal, un solo aliento la empaña. Dios se apacienta entre lirios, flores que al virgen señalan; y este es el nardo que siempre le alegra con su fragancia. Las vírgenes en el cielo una canción nueva cantan, que los demás nunca pueden repetirla por tan alta, Es privilegio de vírgenes que no á todos les alcanza; sólo á los que en alma y cuerpo vistieron siempre esta gala. El voto de la clausura es el muro que resguarda el caudal de estas virtudes, sin riesgo de ser robadas. Ama mucho la clausura, obsérvala en cuerpo y alma; pues que aquel viva encerrado sirve poco, si ésta es vaga. Finalmente á un Director te rendirás voluntaria, segura que en todo tiempo por su medio Dios te habla. Serás en obedecerle fidelísima y sin tacha; el que lo oye, á Dios oye; y el que nó, á Dios agravia. Dale una exacta noticia de todo cuanto te p séle fielal darle cuenta, como que á Dios has de darla, A; Nunca te separes de él, porque serás engañada; que una oveja sin pastor los lobos la despedazan. 1e siempre Su voluntad sig en cualquiera circunstancia, y hallarás en esta vida $ otra bienaventuranza. Procura ocupar el tiempo (1 en cosas que á Dios agradan, pues el que una vez se pierde nunca jamas se repara. Si es perdido todo el tiempo que en ociosidad se pasa, ¿qué será de aquellas horas que en crímenes se malgastan? Ocúpalo todo bien, mete el buen día en tu casa; ten entendido que á Dios no en todos tiempos se halla, Huye mucho estar ociosa, por ocuparte trabaja; que la ociosidad fué siempre de las virtudes madrasta. No apetezcas otra cosa que ser á tu Esposo grata, y huye toda vanidad, pues mucho le desagrada. Si lo mundano desprecias y por lo eterno te afanas, serás de tu Criador el templo, mansión y estancia, De tu prójimo á ninguno reputes por cosa baja; (1y Tomado de los documentos que el Santo escribió en romance á la Madre Maria del Espiritu San- to, religiosa del mismo Convento de Sauta Ana. ;
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