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298 Cuando Dios quiere santificar 4 un alma por el ca- mino de la penitencia, se conoce en que las mortifica- ciones que practica, por grandes y espantosas que sean, no la inutilizan para el cumplimiento de sus deberes; antes al contrario, le ayudan á cumplirlos con perfección; pero si sucede al revés, bien podemos creer que aquellas mortificaciones las inspira el dia- blo ó el amor propio. Miren mucho las religiosas de- dicadas á la enseñanza y á los trabajos de la vida, ac- tiva que no las engañe el diablo con fervores indiscretos, ni mortificaciones imprudentes que las inutilicen para el cumplimiento de sus deberes; por- que esto sería correr fuera de camino y apartarse de Dios. Sométase en esto la religiosa al parecer de su Director y de su Prelada; éstá y aquél caminen acor- des en este punto y la virtud florecerá en los con- ventos. Y con esto termino, mi buena Margarita, Dios te haga tan santa como le pide tu afmo. P. Fr. A.

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