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XALV Los Confesores de monjas 1 estimada Margarita: El asunto de esta carta es tan interesante y serio, que prescindo de preámbulos y rodeos, al hablarte de él. La confesión es de necesidad para el pecador y de utili- dad para el justo: es un gran medio para la santi- ficación. de las religiosas; pero en la forma que la Iglesia lo dispone, y no de otro modo: por lo cual quiero decirte para tu gobierno lo que la Iglesia ha ordenado sobre el particular á las monjas, á fin de que no yerres sobre este punto tan interesante de la vida religiosa. No voy, pues, á explicarte los deberes del confesor de monjas, que eso es cosa de él y no tuya; ni á decirte los dotes que él ha de tener, porque los Prelados suelen nombrar para dicho cargo ú los sacerdotes más aptos, á los de más vir- tud y ciencia de que pueden disponer: voy úni- camente á contestar tus preguntas, €explicándote las disposiciones vigentes de la Iglesia en lo tocante á los confesores de religiosas, yá las confesiones y comuniones de éstas. Para evitar ambigúedades y confusiones, quiero que] distingas bien al confesor, del director y del