BCCPAM000535-2-23000000000000
280 ¡Dichosos los santos que muertos al mundo y á sí mismos, reposan en Dios, sirviéndole con fidelidad durantela vida! ¡Oh qué cosa tan dulce, tan grande y tan gloriosa es este servir al Señor! ¡Servir á Dios es reinar! reinar sobre el demonio enemigo de Dios, es reinarsobreel mundo, semillero de pecados y conjunto de todas las pasiones malas. El desgraciado que no sirye á Dios con fidelidad, se pone al servicio de sus propias pasiones, del mundo, del pecado y del demo- nio, porque démonio, mundo y carne, pasiones y pe- cados reinan sobre el pecador, y lo dominan como á esclavo miserable; mas el verdadero siervo de Dios reina sobre todo eso y sobre mucho más que no es dado al hombre decir; porque cuanto mayor es su santa y voluntaria servidumbre, tanto más grande es su dominio sobre el reino de la naturaleza y de la gracia, pues la gracia y la naturaleza, el mundo vi- sible y el invisible los pone siempre Dios á disposición de sus verdaderos siervos. ¡Oh qué gran cosa es ser siervo de Dios! Y esa dicha negada á tantos me la concede Dios 4 mí, haciéndome su siervo. ¡Sí, Dios mio! por dicha mía soy tu siervo, soy tu esclavito, hijo de la Religión Seráfica que tieneá gala ser tu sierva. O Domine quia ego servus tuus, servus ego tuus et filius ancillo tuo! Ser tu esclavo, ¡oh mi Dios! es la mayor libertad que conozco en el mundo; ser tu siervo es la honra más alta 4: que puede aspirar el hombre; y entregarse completamente á tu servicio 'es romper de un golpe todas las cadenas que nos atan al suelo, y cobrar alas para volar por másaltas regiones. Al hacerme, pues, tu siervo, rompiste mis cadenas y me diste la verda- dera libertad. Rompiste la cadena de las riquezas fraguada con eslabones de ambición y cuidados roe- dores: la cadena de las vanidades y galas, que sólo sirven: para ocultar fealdades, deformidades y mise- rias; la cadena de la negra honrilla bajo lacual gimen tantos, oprimidos con su peso; la cadena de los delei-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz