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255 choso el que asi se porta y pasa su vida sin abrir la boca para quejarse! De esto nos dió maravilloso ejemplo Cristo Nues- tro Señor, del cuál dice Isaías que fué llevado como oveja al des rodadero y noabrió su boca para exhalar un gemido. Y E | mismo dice en el evangelio que no vino para hacer su voluntad, sino la voluntad del Padre que le envió; que no vinoá quebrantar la ley, sino á observarla y cumplirla; y la c um plió tan á la letra que fué víctima de ella, y murió hecho obedien- te hasta la muerte y muerte de cruz, como enseña el Apóstol. Pues tomemos el ejemplo de nuestro aman- tísimo Salvador, y sigamos sus pasos hasta consumar el sacrificio de nuestra vida en la cruz de la observan- cia regular. Mucho nos conviene hacerlo así, porque en el cump Jlimiento de ese deber está cifrado nuestro bien, nuestra santificación y nuestra gloria. Animo, pues, mi querida Magarita, y á ser víctl- ma de la observancia regular, á vivir esclava de tus deberes y á ser paloma amante del Corazon de Jesús. Esto último te lo encarece mucho tu afectísimo Padre, A. Fr.