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a BBD y Y 2 Sy 9e Lo Pa e A PIDDIDS DI DIOA XXXVI La obediencia perfecta. Vir obediens, loquetur victorias. El varón obediente-cántará victorias. » Prov, 21. 28. EvoTA sierva de Cristo: De un santo fundador, )que, si mal no recuerdo, fué nuestro glorioso “compatricio San José de Calasanz, cuenta su historia, que en cierta ocasión se acercaron á él sus más fieles hijos, pidiéndole que les diera por escrito algunos consejos de perfección religiosa, para llevar- los consigo: y ponerlos en práctica. El Santo accedió gustoso á la petición, y tomando la pluma escribió en varios papeles estas palabras: ¡Obediencia! ¡obedien- cia! obediencia!; y los repartió entre ellos, dándoles á entender con esto que en la obediencia bien practica- da está toda la perfección y todo el mérito del reli- gioso. No se puede dudar que para ser santo es preciso agradar á Dios continuamente; que á Dios no se le agrada, sino cumpliendo su voluntad santísima; y que el religioso cumple la voluntad de Dios siempre que practica la obediencia; de donde se sigue que la obe- diencia es el medio más seguro que tenemos los reli- glosos para conocer la voluntad de Dios y ponerla por a

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