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XXXV El voto de obediencia: triple lazo con que ata al re- ligioso. Obedite prapósitis vestrís. Obedeced á vuestros superio- res. HEBR, xvu, 13, 1 apreciada Margarita: Ya es hora de fijar nuestra atención en el voto de obediencia, voto fundamental y constitutivo de la vida religio- sa, y voto sin cuya observancia no tenemos de reli- giosos más que el hábito y el nombre. Mi, Santo Tomás y San Buenaventura, que prueban sus afirmaciones con rigor escolástico, afirman y demuestran con tres razones muy poderosas, que este voto es mucho más noble y excelente que todos los demás que hacemos. En primer lugar, porque el voto de obediencia incluye en sí á todos los otros votos que el religioso haga ó tenga hechos, y él no está in- cluido en ningún otro: la guarda de la castidad, de la pobreza, de la clausura y de otras muchas cosas caen bajo el voto de obediencia; pero éste no cae bajo ninguno, y asi está por encima de todos como mejor y más excelente.

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