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XXXIV Alabanzas y provechos de la soledad. Ducam cam án solitúdinem et loquarad cor ejus. La llevaré á la soledad, y le hablaré al corazón. OSEAS, II, 14. Y EVOTA servo de Orsto: Anrique: no tuvier :a Dios en La pal A as que dejo escritas, Há bas taría para hacerla recomendable y deseable. La so- ledad es el lugar en que se encuentra el alma con Dios, y en que se junta á conversar El con ella; el al- ma á pegas, y Dios á responder amorosamente. A la soledad huían los Patriarcas, y á ella se aco- gían los Profetas, cuando querían tratar algo con Dios: á la soledad se retiraban los Apóstoles, en ella seescondían los mártires, y á ella se refugiaban las vírgenes; éstas para guardar su pureza, los otros pa- ra aprender á vencer los tormentos, y todos para tra- las con Dios, ofreciéndole ina oración pura y fer- vorosa, libre de cuidados terrenos y llena de celeste suavidad. Pues si tú, Sor Margarita, quieres apren- der cosas tan blimes como se aprenden .en el tra- to con Dios, y sacar de este trato muchos y divinos bienes, menester es que te acojas también á la sole- dad que es maestra de todo eso.

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