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XVI Naturaleza y esencia de la perfección religiosa. Estote ergo vos perfecti, sicut Pa- ter vestercalestis perfectus est. Sed perfectos, como lo es. vuestro Padre celestial. MATT., V, 48. Y3 dices muy bien) que, conocidos los errores en % que puede caer un religioso que trata de per- fección, y sabidos los caminos que de ella nos apar- tan, debemos tratar ahora de las sendas que á ella nos conducen y de los medios por donde con seguri- dad se alcanza; pero que antes deseas saber á punto fijo qué se entiende por perfección religiosa, y en qué consiste esa perfección que buscamos. Dígote con verdad, mi buena Margarita, que eso y no otra cosa me propuse explicarte cuando tomé la pluma para escribir mi anterior; pero es tan triste yer corriendo extraviadas y fuera de camino algu- nas almas, que, sin saber cómo, me pasé á mostrarte ese extraño fenómeno de la vida religiosa, y en eso se nos fué el tiempo, sin llegar al punto que deseá- bamos tratar. Sigamos, pues, de nuevo nuestro rum- bo, y veamos ahora, si podemos formarnos una idea