BCCPAM000535-2-23000000000000
102 el silencio de los claustros capuchinos: he yisto clarisas que lloraban por no poder dedicarse á la enseñanza de las niñas, para formar su corazón y educarlas en el temor de Dios; he visto reli- giosas de la Enseñanza que gemían por no poder zafarse de las niñas para dedicarse á la oración, á la penitencia y contemplación delas clarisas: he visto.... pero ¿para qué voy á decirte lo que he visto? He visto errores y horrores en este punto; he visto in- troducirse en una Orden prácticas de otra Orden de tendencias muy distintas; he visto usurpar á ciertos individuos ó individuas de una religión, las costum- bres ó ejercicios de otras religiones, dejando despre- ciados ó abandonados los de la suya propia: y esto: claro está que es cosa diabólica, porque tiende á con- fundirlo todo, á menospreciar las leyes, usos y costumbres de la propia Orden, lo cual es cosa diabó- lica y muy ajena de perfección. ¡Nó! Jamás se santi- ficará un religioso, olvidando las prácticas de su religión por seguir las de otra! ¡Jamás llegará. una religiosa á la perfección por ese camino! Cada religión tiene su vida propia, su objeto propio, su perfección propia y sus medios propios y adecuados para llegar á esa perfección; y el religioso que va á otra Orden á buscar medios para ser perfecto, crea que el demonio lo engaña, porque lo ame es loable en un instituto, puede ser vituperable en otro; y lo que tal instituto aprueba, tal otro lo da por reprobado. En una reli- glosa de la Caridad sería virtud y perfección ir de casa en casa,sirviendo á los apestados;en una de clau- sura sería eso pecado grave. Esto que te voy diciendo es muy digno de ponde- ración, porque los institutos religiosos no son todos. e perfectos, pero sí.son todos escuela de perfección”y camino para llegar á ella. Este camino puede ser más estrecho 6 más ancho, más ó menos recto, más corto 6 más largo; y aunque esto puede in- fluir en que nuestra llegada á la perfección sea más ó
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz