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ESPIRITUAL 11 tasis; pero ¡ay! el éxtasis fué tan subido que no volvió más en sí: había volado al cielo. Dos horas después, la sala de Rosalía estaba colga- da de raso blanco: en el centro había un catafalco sos- teniendo la caja que contenía el cuerpo de la niña, fle- xible y hermoso como una az Cena recién cortada. Sus amiguitas (todas como élla cri de María) la corona- ban de rosas y jazmines, símbolo de la pureza y del amor: y entretanto Conchita, llorando, contaba á sus compañeras que Rosalía había muerto de un ímpetu de amor divino al hacer una comuni ión espiritual; y que la Virgen de Lourdes se la h: 1bía llevado al cielo. Ignoro lo que contiene de real esta historia, aunque me lo contó persona muy fidedigna; pero afirmo que de- seo verla realizada en mí. Repito que no sé lo que tiene de verdad,pero aseguro que contiene provechosas ense- ñanzas para las ibiodas piadusas. La comunion espi- ritual será siempre uno de los medios más fáciles y efi- caces para llevar las almas en poco tiempo á muy alta perfección. San Francisco de Sales y San L igorio dicen de ella mil alabanzas; todos los escri itores espirituales la reco- miendan eficazmente , y nadie la practicó jamás sin sen- tirse mejorado y más aprovechado en virtud. Esta devoción la enseñó el mismo Jesucristo 4 San- ta Matilde. Un día que la Santa no pudo comulgar y ar- día en deseos de recibir 4 su Amado, éste se le apareció diciéndole: «Mira, Matilde; siendo tan despreciable una paja, nadie puede atraerla á sí solo con el dese O; pero á mí cualquiera que me desea de veras, me atrae á sí y me tiene por suyo.» Y otro día, hablándole de lo mis-

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