BCCPAM000535-2-21000000000000
LA BULA?... AHT HAY GATO ENCERRAO 335 ma, desde el miércoles de Ceniza hasta el Sábado Santo inclusive. Y te advierto que en no teniendo la Buia de Cruzada, nadie puede ya comer carne lícitamente en ningún día de ayuno, ni en ningún día de Cuaresma, ni en ningún viernes del año, aunque sea más pobre que Pirro. Así lo he leído yo en una Circular que el eminen- tísimo Cardenal Arzobispo de Toledo, Comisario Gene- ral de la Cruzada, ha enviado á los demás Arzobispos y Obispos de España. —Ya digo yo, que hay ahí gato encerrao. —¡Que noseas majadero! Que ahí no hay. ningún gato; y sino, búscalo á ver si lo encuentras, y otro día hablaremos. —Sí que lo buscaré; y como lo encuentre, te araño con él. En ésto llegó al grupo de los ancianos una niña de pocos años diciéndole al tío Tarabita: Abuelito á co- mer. Levantáronse los tres viejos; y añade la crónica que al revolver de una esquina tropezó el tío Canillita con una gitana, la que asombrada exclamó: —¡Ay Jezú!... !Penzé que era la muerte... y es un vie- jo con más años que la vida perdurable. ¡Cállate arrastráls Cáyeze ulé don zécula ecculorum. Y no pasó más, hasta otro día en que se juntaron los tres amigos; y lo que hablaron lo dirá en el capítulo si- guiente EL PEREGRINO DE LA CAPUCHA
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz