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LA BULA?... AHI HAY GATO ENCERRaAo 333 -—Muy poco, casi nada. No hay más que dar tres reales de limosna para los fines indicados, fy basta. Ya ves, ¡tres reales! que se los gasta uno en tabaco en me- nos de una semana! —¿Y dices tú que hay otras Bulas? ¿Para qué sir- ven? —La de difuntos sirve para ganar una indulgencia plenaria en favorde un alma del Purgatorio dctermi- nada, á la cual hay que aplicársela desde luego. —La de composición... ésta creo que sirve... vamos que no lo sé, la verdad; pero el P. Cura me dijo un día, que no me importaba saberlo, que era cosa de los con- fesores. La de lacticinios sirve para clérigos y frailes, que como éstos por ley general no pueden comer huevos, ni leche, ni cosas de este genero, se les concede que, dando cierta limosna, puedan comer esos manjares al- gunos días de Cuaresma. Y la Bula de carne sirve para poder lícitamente co- mer carne en algunos de los días prohibidos, en virtud de ese privilegio que se concede al que toma dicha Bula. —Pero... vamos... que hay cosas que no las entien- do. ¿Por qué razón está prohibido que no se coma car- ne en ciertos días ¿Qué más tiene la carne en' viernes que en domingo, 6 en Cuaresma que en Navidades? —La carne tiene lo mismo un día que otro; pero no está ahí el busilis, está en otra parte. Y sinó, dime; ¿que más tiene comerse una manzana de un árbol que "de otro? Nada. Y sin embargo, por haber comido Adán y Eva la manzana del árbol prohibido, pecaron misera-

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