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ESO DE LOS CURAS?... TODO ES FARSA 313 Señora!!! yo he dicho que los curas son hombres co- mo todos los demás, si V. tiene algún hijo cura dis- pense. —Ni tengo hijo cura, ni tengo que dispensarle; pe- ro no puedo sufrir que á troche y moche, sín tón nisón, se me digan en la cara mentiras groseras, y ofensivas á la religión de Jesucristo. —Pues, si por ahí las toma V., sostengo lo que he dicho y estoy dispuesto á darle y á pedirle satisfaccio- nes. ¿Con qué derecho me llama V. mentiroso? —Con el derecho con que llamo zapatero al que ha- ce zapatos, llamo hereje al que dice herejías, y mentiro- soal que dice mentiras. —Y ¿qué mentiras he dicho yo? —Tres: primera, que los curas son hombres como todos los demás. —Y eso es mentira, señora? Sí señor; en el sentido que V. lo dijo, quería decir que los sacerdotes no tienen ninguna misión divina, ningún carácter indeleble que los distinga de los demás hombres, y eso es una mentira y una herejía. Lo entien- de V.? Y si no sabe V. el catecismo, me obligará 4 to- marlo y hacer con V. las veces de maestra. Y si no cree V. lo que él nos dice y la Iglesia enseña en este punto, peor para V.; entonces ya no es católico, sino un here- jote de primera clase, y me parece que V. no rehusará así como quiera el título de católico. —Miren la vieja que bien se explica! contestó abru- mado el pobre sastre, sin hallar otra salida: y ella, co- mo si le hubiera picado una avispa, apretó los dientes, A
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