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E E 312 EsO DE LOS CURAS?...TODO ES FARSA — ¿Qué es eso, señá Malena! preguntó el sastre al oirla. — Qué ha de ser! que este maldito Casino está per- diendo al pueblo. q —Señora!!! —Lo dicho: al pasar por él, estaba diciendo Juan Botija, que no creía en la Iglesia, porque los curas son unos embusteros y unos traficantes en beatería. —Y de eso se espanta V? pues eso lo digo yo á ca- da paso: los curas son hombres como todos los demás, > y la religión que ellos predican, una fábula, porque si eso fuera verdad, ¿cómo habría sacerdotes malos? y | siendo malos, ¿cómo es posible que sean ministros de | un Dios tres veces santo? Eso no puede ser ¡imposible? Lo de los curas... todo es farsa. | —Mare de Deu! ¡quina herechía! exclamó la señá Ma- | lena medio asombrada; y recobrando de pronto su cal- ma habitual, añadió: Está visto, es preciso que una se plante y les diga las tres verdades del barquero á estos impíos, aunque no las quieran oir. De lo contrario, van á echar á perder el pueblo con sus mofas heréticas y volterianas. —Señora!!! volvió á decir el sastre; que no esperaba tal salida. Señor!!! repuso ella en un tono que tenía la mitad de serio y la otra mitad de burlón. Señorlll estoy dis- puesta á demostrarle 4 V. que ha dicho tres barbari- dades que nunca jamás podrá probar. | —Señora!!! —Lo dicho; 6-V. no sabe lo que se pesca, Ó ha di- cho tres disparates.

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