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ia AS 306 ALSERMON?..ESA ES COSA DE MUJERES hasta la garganta! ¡Mira la otra con qué propiedad se coge al piecesito del Niño Jesús! Ahora sí que se vé ca- da cosa en su lugar. ¡Qué Virgen del Carmen tan be- lla! ¡Qué purgatorio tan bien pintado! ¡Qué cuadro tan hermoso! No sería ningún tonto el que lo pintó! —¡Pues mira, Pepe, todo eso estaba aquí envuelto, pero hasta que yo no te lo desenvolví, no pudiste tú ver, ni entender, ni admirar la hermosura de este cuadro. Tú sabía3 que aquí había pintada una Virgen, mas no podías figurarte loque ella representa. Pues otro tanto te pasa con la doctrina; la Sabes á carga cerrada y como en- vuelta en un rollo. Anda, ve al sermón á que el Padre te lo desenvuelva con su explicación, y verás cuantas cosas hay en ella que tú no conoces ni reparas. —Esta mujer es el diablo; de todo saca argumento para llevarme alsermón: habráse visto mujer como ésta? —¿Y habráse visto hombre como tú, que me llamas diablo, cuando estoy haciendo contigo el oficio de án- gel de guarda? Si yo te quisiera llevar á sitios malos, me podrías decir eso; pero yo no quiero llevarte más que por buen camino. —Mira, Malena, el camino del Cielo que es el me- jor de todos los caminos, es el de la ley de Dios; y este camino ya lo sé yo, porqué sé los mandamientos muy bien sabidos. Por consiguiente, déjame de sermones, y enciéndeme la linterna Ó un farolillo, que me voy con el compadre Porra á su casa y las calles están muy ma- las. —¿Y para qué quieres la linterna? ¿No sabes dónde vive?

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