BCCPAM000535-2-21000000000000
a PP A 2 XXXIX A noche estaba serena y templada; el vien- to apenas movía las hojas de la parra que ha- y bía en el patio de Pancracio, y éste, después de %/ haber echado un pienso á sus caballos, tomó la ca- lle abajo en busca del señor Tarabita. Pocascosas hay que alegren tanto al corazón humano y que pon- gan de tan buen humor al hombre, como la esperanza cierta Ó la proximidad de conseguir lícitameete un bien apatecido; y como el cochero apetecía tanto un rato de agradable parla con el tío 'Taturra, y más todavía la copa y el puro ofrezidos, y mucho más la peseta que Tarabita le debía, resultó que, á medida que se iba apro- ximando á la casa del primero, se le iba dilatando el corazón, su buen humor iba creciendo, y sin darse cuen- ta siquiera, llegó á los umbrales del señor Taturra, por e A A a AA:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz