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279 Y PARA SIEMPRE.... y el freno del vicio? ¿Dónde la sanción y la garantía del orden moral? — Tiene razón el señor Tarabita,—contestaron á co- ro los muchachos.—No tiene más remedio que haber infierno. —¡Que silo hay!—repuso el tío Taturra—y menúo que es pa los que dicen blasfemias y herejías! Cucufate se dió por aludido, y quiso disculparse con que se le había escapado. —Po si te se ha escapao una vez, que no se te escape más. Mira que á las malas lenguas las pican allí los dia- blos con alfileres ardiendo. —A fe que nadie ha vuelto á contártelo. — No por cierto; y como tú vayas, tampoco volve- rás; porque allí hay dos cosas: infierno... y para siem- prel —Es fama que aquella noche soñó Cucufate con gente de cuernos: desde entonces se pregunta á sí mis- mo: ¿Habrá infierno... y para siempre... y una voz «mis- teriosa le contesta allá en el fondo de su alma: Sí: para siempre!!!

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