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264 SOLAMENTE LA RELIGION 1 4 paciones, con to los cuantos elementos de resistencia pueden combinarse en la tierra. ¿Y de qué medios se valieron los propagadores del cristianismo? De la pre- dicación y el ejemplo confirmados con milagros. Estos milagros la crítica más escrupulosa no put de rechazar- los; y si los rechaza, poco importa, pues entonces con- fiesa el mayor y más estupendo de los milagros, que es la conversión del mundo sin milagros. El cristianismo ha contado entre sus hijos á los hombres más esclarecidos por su 1 irtud y sabiduría; ningún pueblo antiguo ni mo lerno se ha elevado á tan alto grado de civilización y cultura, como los que la han profesado; sobre ninguna religión se ha disputado ni escrito tanto como sobre la cristiana; las bibliotecas están llenas de obras maestras de crítica y filosofía de- bidas á hombres que sometieron humildemente su en- tendimiento en obsequio de la fé; luego esta religión es- tá 4 cubierto de los ataques que se puedan dirigir con- tra las que han nacido y prosperado entre pueblos gro- seros e ignorantes. Ella tiene, pues, todos los caracteres de verdadera, de divina.» Al pronunciar las últimas palabras, el religioso ha- bía ya cerrado el libro, y prosiguió diciendo: — Aquí tiene V. las pruebas claras y evidentes de que el catolicismo es la única religión verdadera; y sinó presénteme usted otra que aduzca en su favor razones tan concluyentes como la nuestra. Las profecías cum- plidas, los milagros obrados en su favor, la divinidad de Jesucristo probada por su misma vida, el estableci- miento del cristianismo sobre las ruínas de la idolatría, la sangre de veinte millones de mártires, derramada pa-

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