BCCPAM000535-2-21000000000000

AN A AS 1 A 218 CONVERSACION DE ANGELES —Y cuando más engolfada estaba Ella en la con- templación del infante dormido, vió que de pronto se estremecía el Niño; que su respiración era más acelera- da; que su semblante divino se cubría de tristeza, hasta que palideció de repente, y lo bañó un sudor frío como el de la muerte. —Desatinada María lo estrechó sobre su corazón, lo cubrió de besos, juntó su cara con la del Niño, y éste se abrazó convulsivamente al cuello de su madre y escon- dió el rostro en su seno virginal. Ella lo acaricia, lo lla- ma por su nombre para tranquilizarlo, le pregunta qué tiene; y El, poniendo sus labios de coral en el oído de Ella, le repite las palabras de Simeón; Tuam ipsius ani- mam pertransibit gladius. —¿Y te diste cuenta de la causa que produjo aque- lla escena? — ¡Claro! Ví á varios compañeros nuestros de la más alta jerarquía bajar del cielo, uno con una copa llena de amargura, otro con clavos y un martillo; aquél con una lanza; éste con una corona de espinas, el otro con una cruz enorme y un azote en la mano. Presentaron al di- vino infante esos instrumentos, y El comenzó á sentir en su alma desde aquel momento toda su Pasión dolo- rosa, Por esto lloró el Niño Jesús, siempre que derramó lágrimas. ¡Ay, si supieran los hombres lo que deben á su Dios humanado, más le amarían y mejor le servirían! —Vamos átrabajar por ellos, á inspirarles santos pensamientos, ideas generosas y sentimientos nobles, para que amen á Jesús y no se aparten de su último fin. — ¡Vamos allá! — ¡Adios! —:¡Adiós!

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz