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E Na S de EL DOGMA FRANCISCANO 183 en oración. Al mismo tiempo verás el altar de la Purísi- ma con un precioso tapete que le han regalado las Hijas de María, y en él bordada de mano maestra, la siguien- te redondilla: Todo el mundo en general A voces, Reina escogida, Dice que sois concebida Sin pecado original. Y escucha, antes que salgamos á la calle: ¿qué te pa- rece nuestro paseo? ¿No es verdad que el convento y sus moradores están despidiendo por todas partes devo- ción á la Inmaculada? ¿No es verdad que son acérrimos defensores de ese Divino misterio? Pues ahora ten pre- sente que en cada pueblo de alguna importancia había un convento de éstos; y sus moradores hacían jura- mento de defender ese dogma; aunque fuera á costa de su sangre, y que en cumplimiento de ese voto la defen- dían en público y en privado, en las áulas, en los púl- pitos, y en lascátedras, donde quiera que se veía un hi- jo de S. Francisco; y después de recordar ésto, dime si será hiperbólico 6 exagerado llamar dogma franciscano al misterio de la Concepción Inmaculada de María; dí- me si no tuvo razón el autor que á la Vírgen dijo: A la Religión sagrada De San Francisco debemos Que en alta voz os cantemos El blasón de Inmaculada. Y con esto, amigo mío, salgamos de la Iglesia, que van á cerrarla. Ufff qué frío, pero no temas, que yo te vuelvo á tu casa con la misma facilidad con que te sa-
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