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EL DOGMA FRANCISCANO tá la biblioteca. Escucha, esta pieza debe ser la ropería; lo conozco en ese verso puesto ahí sin duda alguna por el ropero: Ninguno ropa aquí pida, Si no confiesa sincero Que nuestra Madre querida Fué de la gracia vestida En el instante primero. Por fin dimos con la librería. También tiene sobre la puerta la imagen de la Purísima, y a debajo de ésta la consiguiente advertencia, escrita por el bicliotecario: Nadie en esta librería Entre á estudiar afanado, Sin saludar 4 María Concebida sin pecado. Esta que está al lado es el aula 6 sala de estudio; aquí se reunen á conferenciar y á discutir las materias estudiadas. Atiende á lo que dicen esos renglones, que parecen un reto lanzado al rostro del que entre aquí sin profesar el dogma franciscano. Se defiende aquí á porfía Como tesis general, Que es concebida María Sin pecado original. Me está ya picando la curiosidad por s saber cómo de- fienden estos estudiantes ese dogma, del cual apenas dicen nada las Escrituras Sagradas. topamos con algo. Cáspita! ¡y Entremos á ver si qué silogismo! Léelo. Dios bien pudo criar pura A su Madre; esto es constante: