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XXIV EL DOGMA FRANCISCANO Q' 2 SI mismo: dogma franciscano llamó un pia- 22 doso autor ála Purísima Concepción de María Y “Y al ver la firmeza con que lo creyeron en todo ES tiempo los hijos de San Francisco, y el tesón con OY quelo defendieron, y la intrepidez con que lu- charon contra todos los adversarios del misterio inma- culado, sin cejar un punto en la lucha, sin ceder al ene- migo un palmo de terreno, sin darse momento de repo- so hasta que, alcanzando victoria gloriosísima, vieron colocada en la corona de la Reina del Cielo la perla más brillante que la adorna, el florón hermosísimo de su pu. reza inmaculada. Los que hemos nacido después que el gran Pío IX