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EL SOCIALISTA MODELO 161 no lo quiera para otro: Ama á tus enemieos y bendice al que te maldiga.» Abrazado, pues, á esta santa ban- dera, defiendo la verdad y la virtud, y anatematizo y condeno el orgullo, el egoísmo, los vicios, las maldades, las tiranías, las injusticias; y cuando perseguidu ó des- preciado de los hombres, me veo obligado á esconder- me, lo hago como ahora, con la sonrisa en los labios, bendiciendo á los que me desprecian y silban.» El orador desapareció, como por encanto: el audi- torio quedó estupefacto: y Cantaverdades, que aún esta- ba de pie, continuó su discurso en esta forma: «El hombre que acabáis de ver y oires el socialista modelo, y es, no os asustéis, es un fraile de San Francis- co. ¿Lo extrañáis? Pues mal que os pese tendréis que aplaudir la conducta de ese hombre, 6 incurrir en la más vergonzosa contradicción. ¿No encomiábais su con- ducta antes de verlo? ¿Pues por qué no ahora que lo habéis visto? Porque el fanatismo os ciega, os ciega el odio sectario que la prensa impía ha inculcado en vues- tros corazones, trastornándoos hasta el sentido común. (Grandes protestas.) ¿Protestáis? ¡Ah! ya sé cuál es la causa de esas protestas. Protestáis porque os digo la verdad, porque ese fraile es mejor socialista que vos- otros, porque él se sacrifica por el bien de la “sociedad, y vosotros queréis que la sociedad entera se sacrifique por vuestro bien; porque él practica las virtudes y nos- otros los vicios; porque él, siendo rico, repartió sus bienes entre los pobres, y vosotros, siendo pobres, que- réis que los bienes de los ricos vengan á vuestras ma- nos: porque él es hijo de la obediencia y vosotros hijos de la rebeldía; porque él predica la libertad del bien y
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