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EL SOCIALISTA MODELO 157 ro socialista, es decir: el socialista modelo. (Profunda sen- sación, silencio y ansiedad en el público, «Este es un joven simpático, guapo y hermoso, fran- co y alegre, finamente educado, y heredero único de una rica herencia, de un pingiie patrimonio. Un día sintió arder en su corazón el fuego santo de la caridad; sintió que le devoraba el amor á la justicia, el amor á la ver- dad, el amor al sacrificio, y dejándose llevar de los im- pulsos de su corazón generoso, se ha consagrado todo entero en cuerpo y alma al bien de la sociedad, al bien de nuestros hijos. (Rumores de aprobación.) «Para llevar á cabo su heróica resolución ha tenido que renunciar á la alta posición que en el mundo te- nía, y al brillante porvenir que le esperaba; ha tenido que dejar su carrera, romper los lazos de la familia, des- prenderse del cariño de sus padres, despreciar los ho- nores y dignidades que en el mundo le ofrecían; y des- pués de tantos y tantos sacrificios, ha repartido toda su riqueza entre los pobres, se ha vestido con un traje po- bre y despreciado, se ha entregado al servicio de los de- más y ha puesto sus talentos á disposición de todos nosotros. Pero lo más sorprendente de todo es que este hombre extraordinario ha jurado servir al pueblo de bal- de, y sacrificarse por la sociedad y por nuestros hijos graciosamente, sin recibir paga alguna, ni admitir por sus trabajos otra recompensa que un pedazo de pan du- ro ofrecido expontáneamente, para participar asi de la suerte desgraciada del pobre obrero, sentir sus miserias y poderse compadecer y llorar con los que lloran. (Aplausos y voces de aprobación en la derecha.) «No me aplaudáis, compañeros míos, no me aplau-