BCCPAM000535-2-21000000000000
LA HUÉEREANA gañar mi simplicidad, ¿dónde está la madre que con sus consejos me libre de caer en el lazo? Si lenguas calum- niadoras manchan mi fama, si el mundo inhumano me desprecia, ¿á quién me acogeré? ¿dónde encontraré un pecho amante y un corazón amigo para depositar en él mis lágrimas y mis cuitas? Ya que me falta todo ampa- roen el mundo, ya que ni padre ni madre tengo, á ti te elijo por madre, y á Jesús mi Salvador, por padre! ¡Yo seré de hoy más.tu amante hija, y tú serás mi cari- ñosa madre. Cuida de mí, Virgen pura, ya que noten- go en la tierra quien de mí tenga cuidado! Y-4 ti, Cora- 2Ón divino! ¡á ti, Jesús de mi alma, te elijo por padre, por esposo y por defensor de mi vida! Bajo tu protec- ción soberana y bajo el manto de mi madre María, cru- zaJé segura este mar borrascoso, y un día iré á reunir- me con mis padres en el Cielo. No dijo más, y después de un breve examen de conciencia y un fervoroso acto de contrición, fué á pu- rificar su alma en la fuente saludable del sacramento de la Penitencia. Sé levantó del confesonario, con traspor- tes de júbilo santo, como si tuviera cerca una dicha de largo tiempo esperada, y se preparó con diligencia pa- ra recibir en su pecho al que había elegido por padre y esposo de su alma. Su comunión fué fervorosa, como lo son las de las almas santas: y olvidada de sí misma co- menzó á pedir á Dios por sus difuntos padres. «Señor;—decía—dónde están sus almas? ¿Gozan ya de tu presencia regalada? ¿Consiguieron el premio debi- do á sus buenas obras y ásu santa vida? ¿Están quizás padeciendo en el Purgatorio? Si así es, yo te suplico que las lleves á tu gloria; y en remisión de sus culpas,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz