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DE LA DOLOROSA 105 Virgo virginum plieclara, Virgen de virgenes pura Mihi jam non sis amara, Dame parte en tu amargura Fac, me tecum plar gere. Para contlyo lMorar. Fac, ut portem Christi mortem, Y que la muerte sagrada Passionis fac consortem De Cristo lleve grabuda Et plagas recolere. Mi corazón sin cesar. Entre tanto el timbre de la voz melodiosa y triste de Jacopone llenaba el templo, vigorosa y potente unas veces, lánguida y débil otras; pero siempre llena de amargura. Á veces parecía la voz de un niño inocente que llora, porque ve llorar á su madre, y quiere tomar sobre sí la causa del materno llanto: y así la decía: Fac me plagis vulnerari, Haz me sienta vulnerado Fac me cruce inebriari, Y en su cruz embriagado, Et cruore filii. Halle mis delicias yo. Hubo un momento solemnísimo, imposible de des- cribir. Soltó el órgano un torrente de voces desgarra- doras; las columnas del templo se extremecieron; cru- gieron los arcos del edificio, y diríase que la bóveda no estaba segura sobre la cabeza de los monjes: era el mo- mento en que Fr. Jacopone cantaba: Por tí sea yo defen- dido en el día del juicio. Per te, Virgo sim defensus In die judicii...... In die judicii....! repetían los religiosos... In die judicii resonaba por todas partes... Tembloroso el cantor, como si estuviera 4 punto de espirar, como si se hallara delante del Juez eterno, lo apostrofa humildemente: Y !