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PO / tés algunas palabras que en rigor no lo son, pero que en la pronunciación casi tienen el mismo sonido; como por ejemplo: lleva y prueba, riqueza y princesa; como se ve en la conocida décima: Bendita sea tu pureza a Y eternamente lo sea, Pues todo un Dios se recrea En tan preciosa belleza. A tí, celestial princesa, etc. Lo mismo pasa en los asonantes, como puede verse en estos versos de Góngora. Oh sagrado mar de España, Famosa playa y serena, Teatro donde se han hecho Cien mil navales tragedias! Donde la palabra tragedia está tomada por asonante de serena, no siéndolo en rea- lidad. El poeta no debe abusar nunca de estas licencias, sino al contrario, servirse de ellas lo menos que pueda. Otrd tanto se dice de las figuras de dicción, que consisten en qui- tar ó añadir una letra á cualquier palabra para*ajustarla á la medida del verso; tales co- mo ruga por arruga; felice por feliz; despare-
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