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Er 85 OR ¡Qué inmensa diferencia entres el primer cuarteto y el segundo! Resulta de lo dicho que el acento es tan esencial al verso, como el número de sílabas. He aquí las reglas que se dan para su buena colocación. Los versos cuatrisílabos quieren elfacento en la 1.1 y 3.2 Los de cinco sílabas en la 1.2 y 4.2, aunque el de la 1.2 puede tras- ladarse á la 2.2 Los de seis en la 1.2 y 5.2, aunque el dela 1.2 es tambien variable. Los de siete, ocho, nueve y diez no tienen regla fija; pero se pbserva que en los de siete sí- labas los más sonoros son aquellos que lle- van el acento en las sílabas pares. El ende- casílabo común no tiene tampoco regla fija más que en la sexta, excepto el caso en que sea sáfico que entonces lo pide en la primera, cuarta y octava: EJEMPLO: Filis un tiempo mi dolor sabía, Filis un tiempo mi dolor lloraba, Quísome un tiempo; mas agora temo, Temo sus iras. Para hacer bien los versos endecasílabos y aun para leerlos bien, es preciso fijarse en donde cargan los acentos para hacer la pausa ó cesura en la cuarta, quinta, sexta ó, sép- tima sílaba, según que el poeta quiera apre- surar ó retardar la expresión.
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