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eS 94 a las buenas composiciones. Lo mismo se dice de los versos de quince sílabas en adelante, suponiendo que pueda llamarse versá com- + binaciones tan inarmónicas. A E CAPÍTULO XXI. De LOs ACENTOS Y SU COLOCACIÓN. Para hacer un verso que merezca este nombre, no basta atender al número de síla- bas que tiene; es necesario además tener en cuenta la colocación de los acentos. De lo contrario los mejores versos no pasarían de una mala prosa. Hagamos la prueba en el siguiente cuarteto: . Oye tu solo, eterno y sacro rio, El grave y mustio son de mi lamento, Y confuso en tu grande crecimiento Mezcla en el ponto inmenso el llanto mio. e Estos son versos sonoros y armoniosos, como los que sabía hacer Herrera; y para Quitarle todo su mérito, basta mudar los acentos, aun cuando se conserve rigurosamen- te el número de sílabas. * EjEmPLO: Solo "Pú, sacro y eterno río, oye El son mustio y grave de mi lamento. Y en tu grande crecimiento confuso Mezcla el llanto mío en el ponto inniénso.
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