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aE sados los vulgares pensamientos, aqui nacie- ron, aqui vivieron Adriano, Teodosio y Silvio. Ya que no podemos encontrar siempre pent samientos originales, procuremos á lo menos dar á los comunes y triviales cierta novedad. Por último los pensamientos deben ser acomodados al tono del asunto y ocasión en que se emplean, lo cual quiere decir, que los pensamientos sean oportunos, ingeniosos, de- licados, graciosos, profundos, bellos, etc., se- gún sea el asunto de que se trate; y como pa- ra esto no se pueden establecer reglas fijas, se recomienda la lectura de los clásicos, como la mejor regla que puede darse; advirtiendo que el gusto por una clase de pensamientos de terminados, suele ocasionar muchos extravios, como puede observarse en nuestros mejores poetas. 7 CAPITULO V. DE LA EXPRESION DEL PENSAMIENTO. La manifestación de nuestros pensamien- tos por medio de la locución se llama len- guaje. Este se compone de dos elementos principales; palabras y cláusulas. Recibe el nombre de palabra cualquier sonido articulado, ó cualquiera combinación -de ellos»que exprese una idea en su más bre- a

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