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—_— I 49 — XXVI. Instruir ó agradar, ó entrambos fines Propónese en sus cantos el poeta; Si dasereglas, sé breve: deste modo Grabaránse en el alma con más fuerza Percibiéndolas pronto: si redundan, Viefte el labio sin fruto las ideas. XXVII Verosimiles sean tus ficciones, Si al público agradar quieres con ellas, Quien juntando el recreo á la enseñanza Instruye aun mismo tiempo que deleita El unánime aplauso alcanza el solo, Que dá nombre al autor y fama eterna Hay defectos que son de perdon dignos, Pues si veo brillar en un poema Primores infinitos, no me ofendo De tal cual mancha que sobre él cayera Por un descuido, 6 porque nunca el hombre Alcanza á ser perfecto en su flaqueza. ¿Qué regla pues, seguir? Como al copiante Que despues de advertido, siempre yerra En un mismo lugar, nadie disculpa; Así, cuando yo veo que un poeta Plagado está de faltas, lo compare Al famoso Querilo, que me llena De risa y estupor, si en sus cantares Consigo sorprender tal cual belleza, A la par que me enfada el gran Homero, Si alguna vez dormita, bien que sea Disculpable algun sueño en largas obras . >

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