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ñ o 201 Eo de mientras mayores sean, más interés tendrán, pero los obstáculos nunca deben ser insu- perables, porque se malograría la empresa. Aquí es donde viene bien la intervención del maravilloso que ya hemos explicado. DESENLACE. Llámase así la solución del nudo. No se puede señalar ninguna regla fija para el des- enlace, pues este depende de la naturaleza del asunto. Los poemas de Homero, Virgilio y Taso acaban con el ensalzamiento de sus héroes; y los de Hojeda, Miltón y Chateau- briand con la desgracia ó muerte de los mis- mos. EstiLO. De lo expuesto hasta aquí, se colige fá- cilmente que el estilo de la epopeya debe te- ner una elevación sostenida, una magnificen- cia sencilla y sus correspondientes rasgos de sublimidad. Todo debe contribuir á elevar á los lectores al bello ideal de la grandeza y del heroismo. En cuanto á la versificación nada hay de- terminado. Hasta hay quienes defienden que la epopeya puede escribirse en prosa. Lo único que podemos decir sobre el asunto es que los griegos y romanos emplearon el verso exámetro, y el Paso y nuestros épicos la oc-

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