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— 120— E ya, sino también en los medios de llevarla á cabo. Contribuye á dar grandiosidad á la empresa la máquina ó lo maravzlloso, es “de- cir, la intervención de los séres sobrenatura- les, ya favoreciendo, ya contrariando la em- presa acometida por el héroe. En este punto la religión cristiana supera casi infinitamente á la pagana: el maravilloso del cristianismo llega al último grado de sublimidad. El que quiera pruebas evidentes de esta verdad, lea lo que sobre el asunto escribió un literato tan célebre como Chateaubriand en el genio del cristianismo. La dificultad está solo en saber usar de él debidamente. El interés consiste en que la empresa sea popular y de mucha importancia para una ná- ción ó para todo el género humano. EbprIsopIo. Se dá este nombre á las acciones secun- darias, que enlazadas con las principales for- man el poema. Los episodios ó digresiones no son necesarios para la empresa; pero se intercalan en ella para amenizar la narración y evitar la monotonía. Cuatro reglas suelen darse para la intercalación de los episodios en la narración: primera, que se coloquen en lugar oportuno, de modo que parezcan naci- dos del asunto que se va narrando; segunda, que sean breves, tanto más, cuanto menor