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— 111— De tu casa en lo interior A Dios consagras tu amor Y le procuras servir, Sin dejarte seducir De ese mundo engañador. !'Oh qué dichosa serías En el claustro silencioso! ¡Oh cuánto al Divino Esposo Aquí feliz amarías! ¡Oh cuánto aquí gozarías Con este amable Señor! Pero ya que tal favor Hoy no puedas conseguir, Procura con él vivir Escondida en tu interior. Dichosa en fin si careces De todo lo que embaraza, Si el amor de Dios te abrasa Y nada más apeteces; ¡Dichosa mil y mil veces Si sólo su amor respiras! Dichosa, si siempre aspiras A vivir toda endiosada, Y de ese. mundo olvidada Sólo d ser perfecta aspiras. Tu amiga del alma que mucho te quiere, SOR FLORA DE SAN JosfÉ.