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E rompió la salvajez de aquellos desgraciados seres, quienes desde la fecha indicada no han tenido in- conveniente en visitar casi semanalmente la pobla- ción en busca, eso sí, de herramientas para el tra- bajo, de carne y de ropa, de todo lo cual, con pro- digalidad suma, han sabido desprenderse los Misio- neros y los habitantes de Codazzi. ¿CON QUÉ FONDOS COMENZÓSE LA EXPEDICIÓN A LOS MOTILONES? Sería injusto si al hablar de está obra no se hiciera mención del marcado patriotismo des- plegado por los laboriosos pueblos de las Pro- vincias de Padilla v Valledupar para ayudar a su realización. No contábamos sino con sobra de buena volun- tad cuando lanzámos la idea de expedicionar a la Sierra de Motilones; sin embargo, impuestos que fueron los habitantes de las Provincias dichas de nuestra cruzada, inmediatamente abriéronse sus- cripciones en toda la comarca, recaudáronse fon- dos, alistóse personal, compráronse víveres y de- más útiles para aquella nueva campaña, y con febril entusiasmo comenzámos nuestra arriesgada peregrinación. Los pueblos de Padilla y Valledupar contribu- yeron con unos $.1,500 oro, recogidos entre toda clase de gentes, pobres y ricos. Los Departamen- tos del Magdalena y Santander del Norte, por medio de sus Asambleas, votaron la suma de $ 1,500, y la Junta Arquidiocesana de Misiones
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