BCCPAM000534-2-17p04d00000000

a E « — Ayudaron a Colón los Reyes de España don Fernando y doña Isabel. Colón viajaba en la San- ta María. «Impresionados por estos adelantos en historia, preguntámos al Padre cómo se llamaba ese niño. «—Este se llama Bernardo Aguilar, nos res- pondió el religioso. «Momentos despúes leyeron sendos cuentos li- terarios los jóvenes indígenas Víctor Bonivento, Marcial Céspedes y Mauricio Weeber, y como para hacer más sólidas nuestras impresiones, todos los niños reunidos entonaron el himno nacional,» Como es natural, se atiende en nuestros Orfe- linatos, con preferencia a todo, a la instrucción religiosa y formación de. los indígenas en la prác- tica de la virtud y en las buenas costumbres. Los relatos de la Historia Sagrada, acompañados de la enseñanza gráfica, les cautiva el ánimo, y las pro- yecciones de catecismo, son para ellos, al par que recreo, demostraciones prácticas de las verdades y dogmas de nuestra satrosanta religión. La compostura de estos niños en el templo; el fervor y devoción con que rezan las oraciones dia- rias;la atención que ponen a los cantos sagrados; el recogimiento con que asisten a la santa misa, adoran y reciben muchos de ellos a Jesús en el Sa- cramento del Altar, son cosas que admiran y en- cantan. Su conducta comienza a inspirarse en la obediencia y respeto a sus superiores, en la cari- dad que les debe unir, en el perdón de las ofensas mutuas, en el concepto justo de la propiedad aje- na, en la cultura y en el amor al trabajo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz