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ra ahora mi corazón tánto que sentir ni mis ojos tánto que llorar!” Este es el cuadro que nos presenta la vid _ a con- yugal del goajiro, y solamente s e puede reme- diar este daño.con la creación de una Militar de cien familias, con los corre tes intérpretes y Misioneros. Colonia spondien- En tiempo de la Colonia se fundaron las Mi- siones del Caroní, dando al Jefe de la Misión au- toridad civil y judicial para ventilar todos los asuntos de los indígenas reducidos. El resulta. do de esta Misión hasta la época de la Indepen- dencia superó las esperanzas de los fundadores. pues en el corto tiempo de veinte y tantos años reunieron veinte y nueve pueblos de indígenas, que se dispersaron a la muerte de los treinta y seis Padres Capuchinos catalanes sacrificados por las fuerzas del General Piar. El Gobierno de Bolivia está siguiendo el mis mo método, como puede verse por la relación de un observador: “Para llevar a cabo esta importante labor ci- vilizadora con la mayor eficacia posible, ha dado el Gobierno boliviano autorización a los Misioneros, especialmente a la Orden Francis- cana de Recoletos, para que en las comarcas pobladas por los indios ejerzan legítimamente todas las funciones políticas y civiles, aparte de las religiosas inherentes a su carácter sacer dotal. “En un principio el Misionero es a un tiem- po juez, gobernador, virrey, árbitro y legisla' dor, pues reúne en sí todas las facultades del poder público; discrecionalmente dirige las con tiendas, sentencia los pleitos y regula las con- diciones de la. incipiente sociedad; pero luego que los indios se han acostumbrado a. la obe diencia, constituye el Misionero una Municipa lidad, con sus correspondientes autoridades. lo cales, y termina generosamente su misión po

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