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a A UA bijas, y colocan en la misma fosa los objetos más estimados del difunto, y víveres suficien tes para su largo viaje. El nombre del difunto jamás vuelve a ser pronunciado por los goaji- ros, y el que infringe este precepto tiene que pag: ar a la familia del finado una fuerte suma. s para el goajiro cosa sagrada el nombre del dio muerto, y pronunciarlo envolvería cierta profanación y sacrilegio que no pueden permi- tir sin exigir la debida reparación por medio del pago, única compensación admitida por ellos, aun para el derramamiento de sangre. Este respeto y culto a los difuntos parece heredado de los chinos, los cuales conservan todavía el culto idolátrico de las tablillas. dedicaban antiguamente a la lucrativa pesca de perlas, que vendían a los comerciantes extranjeros; también fabricaban mantas, ha- macas y mochilas, con grandísimo primor, y aún sobresalen estos trabajos por su belleza entre los que he visto fabricados por otros in- dígenas. El idioma goajiro se diferencia notablemente del kógaba, bintukua y demás idiomas habla dos por los indios de la Costa. Basta comparar los nombres que usan para la numeración, para convencerse de lo que decimos: Goajiro Kóbaga Bintukua Chimila 1 Guané. Aichua. Ingui. Kute. 2 Piama. Maichua. Maja. Mujna. 3 Apuni. Maikua. Maikaua. Teyeme. 4 Pienchi. Makeua. Makeiba. Murieiee. > Jarray. Achua. Aseba. Kutendeureshatakra. 6 Aipirua. Taishua. Chingua. Neyemujnachatakra. 7! Acararshi. —Kuua. Koga. 8 Mekísar. Abigua. Abeba. 9 Mekietzar. Aitagua. Ycaba. 10 Poró. Uua. Uga. A pesar de la aparente diferencia que se nota en el significado de las palabras que hemos apuntado, más acentuada entre el goajiro y el

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