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y! macanas, pues otros elementos ofensivos eran desconocidos de ellos. Tenían otras ciudades importantes, como eran Bolingua, Mongay, Aguaringa, Sinangúey y Orihueca, disemina das por los valles de la Sierra. Eran los únicos indios que tenian fraguas para fundir el oro; y como enseña el historiador Herrera, la palabra tairona significaba fragua. A este lugar venian los indios de toda la comarca a fundir sus meta les, especialmente el oro, pues dudo que cono cieran otra clase de minerales, porque el plati no, que era abundante, no lo conocieron hasta mucho después de la Conquista. Ningún historiador cita el lugar donde estaba enclavada la ciudad de Pocigúeica, ni la Provin cia de La Ramada, excepto el Vizconde de Bret tes, el cual, en carta particular, señaló al doctor Goenaga la situación probable de algunas ciu dades de los taironas; pero por la dirección que llevaron las últimas expediciones mandadas por el infortunado García de Lerma, parece que tan to la capital del tairona como la Provincia de La Ramada debían de estar en el valle de Don Die go. Así parece por lo que dice fray Pedro St mon: “Los deseos que tenía el Gobernador Ler ma de ensanchar los términos de su gobierno no lo dejaron sosegar más en la ciudad de lo que fue menester para asentar su casa...., porque luégo trató con algunos Capitanes y buen aco- pio de sol lados de dar vista al Bonda, que a la sazón estaba en paz, y visitar las sierras, y to mando la vuelta por Buritaca a la parte de q Ramada, por donde no se descuidaban de ha cer catear y reconocer todos los rastros de e nas de oro, de que no iban llevando poca canti dad, así por este cuidado como por el que te nían los indios de Bonda y otras Provincias, en acudirles con alguno, por estarse todavía en la buena fe y amistad que le habían dado al Capi tán Palomino, lo que también fue causa de po der entrar sin contradicción al valle de Burita
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