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A 9 Nadie sabe hasta dónde puede llegar la ac ción de la naturaleza en su constante labor so bre la corteza terrestre, y la rapidez con que transforma los objetos orgánicos en fósiles, co municándoles propiedades y caracteres antiquí simos. En el Danubio sacaron un tronco del puente que mandó construir Trajano, recubier to de una capa de ágata en todo su contorno. Tardó en verificarse esta petrificación mil sete cientos años. Hay otras petrificaciones mucho más rápidas: en el río Quipile encontré varias fuentes que tenian la propiedad de fosilizar, en breve tiempo, cuantos objetos orgánicos se su- mergían en el agua. En otros puntos de Colom bia se han encontrado fuentes que tienen las mismas propiedades que las del río Quipile. Ahora bien: si se hubiera presentado al doc tor Schmidt uno de estos fósiles, con toda segu ridad le hubiese señalado una antigúedad supe rior a la que le corresponde, lo cual prueba lo equivocados que andan muchos geólogos en sus cómputos cronológicos respecto a la antigúe dad de las capas terrestres y de sus fósiles. Descartada la teoria de aquellos que preten den dar a la población americana un origen autóctono, inadmisible ante las afirmaciones bi blicas, jamás desmentidas en el campo cientifi co por nineún descubrimiento verdadero, y confirmadas muchas veces con irrefragables monumentos geológicos y antropológicos, no nos queda otro camino que buscar su origen en el Asia. en la Europa, y quizá en la misma tie rra de Cam. ¿Cuáles fueron los primeros pobladores del Continente americano, y por dónde arribaron a estas playas? Es doctrina común entre los historiadores que fueron varias las emigraciones humanas al Nuevo Mundo, desde la más remota antigue dad hasta los tiempos históricos, que arrancan o Conferencia

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