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bacedoi:es. ~orlo tanto ~rocurad todos cumplir fielmente con los cargos u oficios que la obediencia os encomienda, sed verdaderos religiosos fervientes franciscanos y acabadísimos capuchinos. ' Por nuestra. parte, con el ~uxilio de Dios y la protección de María Sma., procuraremos ~egwr los gr~des eJemplos que hemos visto y estudiado en medio de tantos y tan dignos supenores de todo el mundo; los consejos de . Rmo. Padre Gene~ y de~s Supenores de Roma serán nuestra guía para obrar con paternal y tierrusuna candad para con todos, con suave pero·firme energía, para destruir todo germen de abuso, discordia, murmuración, entrometimiento y crítica poco cristiana de los actos que aquellos que tienen misión de Dios juzguen deber hacer o mandar. En una palabra: ahora más que nunca seremos los intérpretes del Capítulo general y Rmos. Superiores Generales, recordando y recomendando a todo el attende tibi, la caridad absoluta y general para con todos los hermanos, la confianza filial, entera y sobrenatural a los Superiores, el odio de meterse en los negocios ajenos y en sembrar desconfianzas y descontentos, el amor del sufrimiento interior y exterior, sabiendo, como dice San Juan de la Cruz, que los religiosos somos piedras escogidas para el delo, y que Dios permite que nosotros mismos, sin quererlo, seamos como los operarios mutuos que con el martillo de mil cositas nos causamos unos a otros ciertas penas y aflicciones, aunque menores que las que los mundanos se causan entre sí. Tal vez Nos mismo hemos afligido a alguno de vosotros; pero sabed que sólo el deber nos ba hecho obrar, y que mil desasosiegos atormentan a nuestro corazón siempre que, para ser fieles a nuestro cargo, hemos tenido que emplear algunas gotas de saludable vinagre en lugar del oleo de la dulzura que tanto apreciamos. Tal vez no siempre habremos sabido conducirnos con toda la prudencia necesaria, pero debemos repetir que siempre nuestro corazón ha estado dispuesto a buscar y hemos buscado los medios que nos han parecido mejores para serviros y conduciros por el recto camino de la vida seráfica. Con todo, debemos decir en justicia, que todos en general habéis procurado ser modelos de piedad, y que vuestra buena voluntad, vuestro celo, han sido y son nuestra gloria, nuestro consuelo, uestra corona de celestiales delicias en medio de las amarguras de nuestra gravísima carga. Si sois santos, pues, santificaos aún más, si sois obedientes sedlo aún más Interiormente, si sois amantes de la Cruz; abrazadla gustosos, sin escoger tiempos, ni modos, y el Señor os llenará de bendiciones. Recomendamos de una manera particular a todos los coristas y profesos de votos siempre, la continuación y conservación del primitivo fervor, la confianza en Dios, la obediencia total, el odio de toda amistad particular tan justamente llamada amlclt1a inimicissima no sea caso que, obrando de otro modo; el Seftor les rechace como frutos indignos de figurar en el árbol seráfico, como con sumo dolor nuestro, hemos tenido de rechazar en nombre de Dios a unos pocos, desatándolos de los dulces lazos de la religión y entregándolos al siglo. Finalmente mandamos: lº. Hasta que se publiquen todas las resoluciones capitulares, se rezará ~n ~l c:oro, después de Vísperas, las oraciones Ante oculo~ tuos, que se~en el Breviano antes del Salterio. Después del perdón o indulgencra de _la noc~e, se rezará una vez el Ave María y Mosrra te esse Macrem. etc. Todo a nuestra mt c1ón. 2º. Para cumplir con el encargo que nos dio León XIII más de 40 v~~s ~n la Udlencia capitular, queremos que todos los sacerdot ~ sean acuv1s1mos 83
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