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normas, y así como el epitome de toda nuesf!a vida, sl:a aquella frase, en la que compendiamos gra ~iosamente las exho~fªSwnes_ Y e1emp!os .. de • S. Padre S. Francisco: "Contemplación y Apostolado . Oración y Acción_. Conservaremos asiduamente íntegra y esca.ble la regla seráfica~ toda su pureza, Juntamente con las máximas de nuestras Constituciones, y los piadosos usos y costumbres que la prudencia de nuestros mayores fielmente nos transmitieron;. sin q_ue_ por esto renunciemos a acomodar la disciplina de la Orden, con prudente discernnruento, a las presentes circunstancias; puesto que la misma Santa Iglesia., columna infalible de la verdad, en cuanto lo pide la necesidad de los tiempos, procura oportunamente modificar la suya. Por cuyo motivo, nos parecía ser necesario ante todas cosas el nombramiento de una Comisión especial; compuesta de inteligentes Religiosos que bagan un resumen general de todos los estudios, desde los primeros rudimentos que se enseñan en los Colegios Seráficos, instituidos para sufragar la penuria de vocaciones, hasta los últimos estudios de la Sagrada Teología, y ejercicios de sacra elocuencja. Este resumen concienzudamente formado tendrá fuerza. de ley en todas las provindas de la orden; el cual, durante el tiempo de los estudios, se observará de tal manera que, los jóvenes, según la amonestación del Santo Fundador, fielmente trabajen, sin que esto permitan que se apague el espíritu de la devoción, pues sabido es que todos los conocimientos del Religioso, deben encaminarse a la adquisición de la piedad. Ordenadas así poco a poco todas las cosas aparecerá claramente la grande misión a que está llamada nuestra Orden, y su antiguo esplendor; así como escuadrón diestro y valiente de la militante Iglesia, ampliñquémosla con nuevos triunfos y ricos despojos, combatiendo contra el vicio y los errores, que desgraciadamente pululan nuestros tiempos, ganando almas para el cielo. Procediendo de este modo nos haremos dignos de aquel afecto y cariño, que profesan a la familia Franciscana. los justos y rectos de corazó , los grandes y los pequeños, los sabios y los ignorantes; consagrando nuestra vida por medio de muchos trabajos y sacrificios sin cuento, al honor de Dios y salvación de las almas, no buscando nuestra gloria, sino la de Aquel que descendió del cielo para servir y dar honor y gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad. _ Por lo cual, así como Nos os abrazamos con toda la efusión de nuestro corazón; as1 vosotros, procurando secundar nuestros deseos, esperamos con plena confianza que cooperaréis a suavizar la gravisima carga que sobre Nos pesa. Abrigamos el r1rme propósito de ayudaros, dirigiros, confort.aros y animaros en cuanto nos sea posible, siempre y en todas las coas, a rm de que hecho t<Xfo para todos ganemos para el Señor. Por ú!timo, nos encomendamos vehementísimamente a vuestras oraciones ara que la grac1a del Altísimo inspire y fomente todas nuestras acciones las cual~s no queremos emprenderY terminar sino a la gloria divina y decoro de la Órden. . A todos vosotros, venerables Padres y carisimos Hermanos os damas benignamente nuestra bendición patero.al . ' _Dado en Roma, en nuestro convento de la inmaculada Concepción el día de San Antomo de Padua de 1884. Fr. Bernardo de Andermatt , ut supra.

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