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Injustamente malparada queda la figura del P. Potríe~ a juzgar por lo que escribió el P. Ireneo de Aulón (1). Estamos, sin embargo, en posesión de documentos que, al menos en parte, pueden rehabilitar a este fervoroso capuchino, del cual esperamos podemos ocupar algún día. De la época que reseñamos los religiosos sace~dotes se dedican al minist~~o de las almas bajo la jurisdicción de los Sres. Obispos, aunque con relac10n de dependencia de los Superiores Regulares. A medida que pas~ los añ~s se va reduciendo el personal de la Provincia: Desde 1835 hasta 1860 hab1an falleodo unos 300 religiosos; en 1870 había 90 religiosos y en 1873 solamente quedaban 75 (2). Repetidos fueron los intentos de restauración de la Comunidad d~ _ 1~ Magdalena realizados por el P. Tomás de Benifayó (3); aun ahora resulta dificil enjuiciar su actitud llena de ideales y de piadosas audacias, y la que con toda prudencia y tal vez alguna indecisión asumieron los Provinciales P. Antonio de Foyos y P. Antonio de San Mateo. En vanas ocasiones lograron reunirse en aquel convento algunos religiosos (4), pero faltaba cohesión y disciplina en aquella vida religiosa que si estaba llena de buena voluntad arrastraba consigo todos los efectos de largos aftos vividos en medio del mundo. Algo parecido podemos decir de la Comunidad que allí logró reunirse, al parecer con el apoyo o consejo del Sr. Arzobispo de Valencia, en 1878; al frente de esta Comunidad estaba el confesor del Sr. Arzobispo, P. Andrés de Finestrat como Guardián y el P. Carmelo de Aldaya como Vicario. Pero ya desde el año anterior era un hecho consolador la restauración de la Orden en España, con la fundación del convento de Antequera (19 de marzo de 1877), a la que siguieron las de Sanlúcar de Barrameda (30 de noviembre de 1877) y Montehano (2 febrero de 1879). ·-------- Valencia, Curia Provincial de Capuchinos, 1963, 117; Vidal PEREZ DE VlLlARREAL, Capuchinos navarros en Ustaritz (Francia): 1842-1848, en Estudios Franciscanos 89 (1988) 449-490, esp. 485-486. (1) Analecta O.M.C. 18 (1902) 146, sigs. (2) Ms P. JOSE DE llERENA (~) Le acomp~aron en estos intentos los Padres Félix de la Cruz, Senén de Cheste y Vicente de Bemmantell. Al parecer se trataba de fundar un Colegio de Misioneros. M~. P. ANTONIO DE SAN MATEO, 8. [Véase el texto publicado más arriba en este mismo volumen]. • (4) En 1_853 el Comisario Provincial, P. Antonio de Foyos, organizó una comunidad con el P. Félix de la Cruz de Superior; a ella se asoció también el P. Mariano de Bemedo de 13: Pr?vinda de Navarra. T~bién vivió_ alg~ tiempo en La Magdalena el P. Angel de VillaJoyosa, que luego munó en Valencia. Mas adelante estuvieron los Padres Manuel de Rafelbuñol y Ambrosio de Benaguacil que luego se asociarán a la Comunidad de Bayona. Vino después el P. Francisco de Masamagrell, quien vivió en el convento hasta el 27 de octub~e de 1861, e~ cuya fecha el Sr. Arzobispo de Valencia designó al P. Tomá~ de Benifa}:'ó co~o director del convento convertido en Casa de Ejercicios. Tam_bién se refugi~ en el el P. Pedro de Villanueva de Cardete, de la Provincia de Castilla, el P. Francisco de Rafelbuñol, el P. Félix de Alcoy y Fr. Cristóbal de Picasent. M~. P. ANTONIO DE SAN MATEO, 11, 15, 22 Y 23 [Véase el texto más arriba en este mismo volumen].

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