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contin~do así hasta el Pontificado del Exmo. Sr. Cardenal Don Mariano Barrio (2) , el que dio otra forma a la casa, estableciendo en ella una comunidad de sacerdotes seculares titulada Sacerdotes Pobres de la Misión. Permaneció en esta forma hasta el ado 1879, en que el Rvmo. P. Fr. José de Llerena, Comisario Provincial (3) con la debida autorizació_n verificó l_a apertura de este Convento con varios Reiigiosos exclaustrados, continuando as1 hasta el año 1881, en que N. Rvmo. P. Fr. Joaquín de Uevaneras, Comisario General, lo constituyó en la regular observancia, restaurando el edificio y haciendo las mejoras convenientes para el efecto, instalándose en dicho tiempo el Santo Noviciado, que es como continúa en la actualidad. Fue su primer Guardián el M. R. P. Fr.-Estanislao de Reus, quien con su celo apostólico y bellas cualidades que le eran propias consiguió en poco tiempo afianzar la disciplina regular y mejorar notablemente las condiciones poco satisfactorias que reunía el edificio. [Se vuelve al escrito original del P. Antonio de San Mateo]. Para que los venideros, caso que el Señor tenga a bien de inclinar su misericordia hacia a sus siervos y restituir nuestra amada Provincia a su antiguo esplendor, tengan alguna noticia de nuestras desgracias y acontecimientos en nuestra babilónica cautividad, haremos una resefia de lo ocurrido desde nuestra exclaustración hasta el presente. Advirtiendo a nuestros futuros hermanos que escarmienten en cabeza ajena y si Dios los vuelve a los claustros, pisoteando todo pretexto sólo atiendan a la más pura observancia de la Regla y Constituciones. Desde la muerte del Rey Don Femando VII (4) que asomó inmediatamente la nube cargada de la persecución, ya por la prensa, ya por los decretos de no poder profesarse ni vestirse hábitos, cerrarse conventos que no tuviesen el número, etc. etc., aparecía claramente que el objeto era hacer desaparecer hasta el nombre y memoria de los frailes en nuestra desgraciada nación. Nuestra Provincia de Valencia fue de las primeras que recibió sobre sí los primeros golpes eléctricos. Porque aun[que] es una verdad que no se vieron en ella la horrorosa carnicería de la degollación de frailes que en Madrid, -72 en 17 de julio de 1834-, Zaragoza, etc., se efectuó sin más motivo que la más negra ingratitud a una clase, que acababa de diezmar sus individuos con la asistencia de los coléricos, hasta obligar al Ministro a decir en públicas Cortes que los Regulares habían manifestado en esta ocasión que no desdecían de sus antepasados; con todo, en la misma época, antes de pasar un año de ese grande sacrificio y por los mismos a los [que] con el peligro o pérdida de su vida les habían arrancado de las garras de la muerte, se vieron arrojados de improviso de sus conventos, despojados de sus bienes, desnudos y entregados a la más espantosa miseria, sin pagarles por cerca o más de doce años. Una orden emanada por el Gobierno de Valencia, puesto por un alboroto popular contra las órdenes de la Reina Gobernadora (S) y sus Ministros, expulsó el (2) D. Mariano Barrio y Femández fu arzobispo de Valencia de 1861 a 1876; en 1873 fue nombrado cardenal. (3) Lo de Provincial parece que se trata de un error; es evidente que el P. Llerena era Comisario Apostólico General. (4) Femando VII, hijo de Carlos IV, rey de España de 1808 a 1833. (S) Se trata de la reina María Cristina de Nápoles, esposa de Fernando VII Yregenta de 9
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