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bastante larga Y se recomendaba con mucho interés al Comisario que procediera en todo de acuerdo con los Definidores[...] . [ •••] La advertencia de R~ma sobre la prudencia y discreción de nuestras relaciones con los Señores Obispos no fueron tenidas en cuenta por algunos capuchinos, Y no mucho tiempo después de haber nosotros regresado de Roma se produjo un grave incidente en Valencia. . Era guardián de_l C~nvento noviciado de la Magdalena de Masamagrell el P. Estaru~lao de Rel:ls Y ~/Icar:10 el P. Andrés de Finestrat. Ignoro el hecho original que UJO el conflicto mtenor y luego el exterior. Dispuso-el -P. Comisario que-el P. dcés de Finestrat cesara en el cargo de Vicario y fuera de familia al convento de Arenys de Mar, de donde había sido retirado casi por engaño el P. Juan Pruna.[...] El P. Tomás de la Piña fue encargado de conducir al P. Andrés de Finestrat a Arenys de Mar. En la primera estación el P. Andrés se negó a subir al tren, con voces desaforadas en demanda de auxilio, promovió un gran escándalo y motivó la kltervención de la Guardia Civil. Como el P.Andrés, al mismo tiempo que alborotaba con sus gritos descompasados, se revolcaba por el suelo como presa de grandes dolores, el P. Tomás de la Piña se le ocurrió hacer señas indicando que el religioso que mpañaba estaba loco. Estas insinuaciones fueron creídas y la Guardia Civil lo cogió y lo metió en el tren. [...] En la próxima estación, sin salir del tren porque ta no podía, renovó el alboroto, y lo mismo en las siguientes hasta después de Sagunto. La Guardia Civil puso el hecho en conoclmiento de sus Jefes, y éstos al Gobernador Civil; el Gobernador Civil al Sr. Arzobispo y el Sr. Monescillo se dirigió de oficio al Guardián de la Magdalena, 0t01endole explicaciones claras y terminantes de todo lo ocurrido. Estas explicaciones fueron negadas. Insistió el Señor Arzobispo y amenazó ·con las censuras canónicas. ~ fueron igualmente negadas y puso la Comunidad en entredicho. Estaba yo en Pamplona y _fui llamadó por telégrafo con toda urgencia. Se comunicó a Roma la triste·novedad y se mandó una relación de todo lo ocurrido, y la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares indicó al Sefior Arzobispo la conveniencia de levantar la censura; la levantó, pero a condición de que se reconociera su autoridad. El escándalo se había dado fuera de la clausura; había tervenido la Guardia Civil; el Gobernador Civil pedía explicaciones a la Autoridad esiástica y éste pedíala al Guardián del convento, de donde eran los dos frailes. El Guardián, Fr. Estanislao de Reus, hizo mal en no dárselas. Allí estaba el Comisario Apostólico; pero entonces aún tenía miedo a su antiguo com aftero y éste se le ~so. • La situación del convento empeoró con otro incidente. los frailes ancianos edentes de la exclaustración, escribieron al Auditor de la Rota, don Ramón ~!Da.ero [7) pidiéndole les diera consejo y fav(?r para recurrir a la Nunciatura en queja contra el Comlsarto y contra el Guardi~ Escribieron tambi~n al Setlor Arzobispo[•••] Implorando su protección. Por fin logré que el Comisario se impusiera al Guardián, Fr. Estanislao de Reus, se dieron al sr. Arzobispo las satisfacciones que el ~aso requería.Se calmaron los os [...] pero~ra indisp_epsat?le trasladar al P. Estaruslao de Reus a otro convento, así se hizo en la primera oportuni~d que se _presentó, y para facilitarla ~• .--ua.u:·dor P. Bemabé de Astor-ga, renunaó al guardianato de Antequera, que se dio P. F.stanislao de Reus, quedáñdose aquél de Vicario. 137
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