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el siglo XIX empieza la época luctuosa de las Ordenes Religiosas en Espana. Tras una corta supresion ordena- da por Bonaparte (1809-1814) llega 1836 en que se dis- persa a los religiosos y se cierran sus Conventos, pro- duciéndose lo que se liama la exclaustraci6n, la cual dura hasta 1877. De esta época, la mas dificil por perder- se la huella de muchos Religiosos que se refugian en sus pueblos, emigran al extranjero, o pasanal clero secu- lar, seguimos anotando a todos los Religiosos, cuyo fa- llecimiento hemos podido averiguar, ya por el Boletin Eclesidstico de la Didcesis de Pamplona, ya por los Re- gistros Parroquiales y Civiles de los pueblos donde mu- rieron.—En 1877 comienza la restauracién Capuchina y se forma de nuevo una Provincia de todo Espana hasta 1889 en que vuelve a dividirse en tres Provincias, que- dando otra vez Navarra y Cantabria afiliada a la Pro- vincia de Aragon. De esta época, siguiendo el mismo criterio, solo hemos recogido los Religiosos Navarro-Can- tabros, asi como hasta 1900 en que vuelve a reconstituir- se nuestra Provincia, quedando Aragén como parte de ella. Lo mismo debemos decir de los Religiosos Nava- r1o—Cadntabros del Distrito «Nullius», el cualseformé con Religiosos de todas las Provincias de Espafia para sos- tener las misiones de Oceania, que ninguna Provincia podia sostener por si sola. Desde 1900 hasta la fecha, no hay que decir que hemos recogido todos los difuntos que han pertenecido a nuestra Provincia. También queremos recordar que, desde 1656 en que empezo a tener por primera vez existencia propia, hasta 1749 en que el Rey Fernando VI nos asigné como Misién la Provincia de Maracaibo en Venezuela, nuestra Pro-